Luxemburgo. Reálmente, no hay mucho que contar. Es muy pequeño, mucho. En tres horitas estaba visto para sentencia. Aun así, estuvo bien. Son todo edificios bastante nuevos. Lo que mas me llamó la atención fue que el palacio real estaba en medio de la ciudad, pared con pared con otras casas de los lugareños. Me llamó la atención porque estoy acostumbrado a ver los palacios apartados de la plebe y con inmensos jardines rodeándolos.
Lo que se ve en la foto es la plaza de Guillermo II y, al fondo, se puede ver el palacio. Tampoco pudimos verlo todo ya que nos cayó una buena nevada y porque mi compi de viaje se lesiono la rodilla. También fue pesado el viaje de vuelta. Todo el rato sin parar de llover. Ha sido la vez que mas he usado los antiniebla, a la ida por la niebla y ala vuelta por la lluvia incensante.
Próxima parada.... Munich.
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